La importancia de aprender a respirar
Por Ximena Yáñez Soto

Los misterios de la inmortalidad y la extensión del periodo de vida han acompañado a los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Se nos han dicho que la esperanza de vida en tiempos modernos ha sobrepasado -por mucho- la esperanza de vida de los seres humanos en el pasado. Sin embargo, según textos antiguos, los años que vive un ser humano se determina no por días vividos, sino por el número de respiraciones que realiza. En promedio, el ser humano respira alrededor de 21,600 veces al día, por lo que los textos consideraban que un ser humano podía vivir fácilmente hasta los 86 años. Algunos sabios que buscaban la manera de extender la vida con el objetivo de “ganar tiempo” para alcanzar la iluminación, desarrollaron técnicas de respiración que permiten alargarla. De acuerdo a esta creencia, el alargamiento de la respiración les ofrecía años adicionales para continuar (y en algunos casos concluir) su trabajo espiritual.
En la práctica de yoga este trabajo se conoce como “pranayama” que es una palabra en sánscrito que se traduce generalmente como “control de la energía vital”. La energía vital va de la mano con la respiración y, a su vez, la respiración es el puente entre el mundo físico, el mundo emocional y el mundo espiritual. Así que prana se ha traduce también como respiración. La realidad es que no podemos controlar la respiración ya que es absolutamente necesaria para nuestra vida, pero lo que sí podemos hacer es extenderla, prolongarla y alargarla. Así que, para efectos prácticos, pranayama significa “extensión de la respiración” y eso es justamente lo que hacemos durante los ejercicios de respiración.
Existen muchas técnicas para atender diferentes situaciones: existen técnicas de enfriamiento y calentamiento, técnicas para mejorar la oxigenación, técnicas de limpieza y activación de nadis (canales de energía) y muchas otras técnicas para promover una mejor distribución de la energía alrededor del cuerpo y extender los periodos entre inhalación y exhalación.
Se dice que a donde va la respiración sigue la mente. Una manera de tener una mente clara y serena es a través de la respiración consciente y por eso la importancia de incorporar a nuestra vida diaria una práctica de pranayama.
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