Historias Zen para nutrir el alma

Buena suerte, mala suerte… ยฟhay que agradecerlo todo?

Por Ximena Yรกรฑez Soto

Un dรญa escuchรฉ a un maestro decir que solamente podemos ver la totalidad si entendemos la vida no como una cadena de sucesos aislados, sino como un evento absoluto de principio a fin, es decir, desde el dรญa que nacemos, hasta el dรญa en que morimos. Si llevamos una vida fragmentada, nos enfocamos entonces en los pequeรฑos incidentes, nos perdemos de esa totalidad y no entendemos que todo lo que sucede, sucede como parte de una gran puesta en escena. La totalidad es enorme, pero los  fragmentos son tan minรบsculos que si basamos nuestra vida en los saldos de esos pequeรฑos segmentos, sin duda perderemos de vista el resultado final.  

Hay un cuento zen muy antiguo que narra la historia de un granjero que tenรญa un caballo majestuoso. El corcel ayudaba en las tareas de siembra y cosechaย  y por eso era muy importante para la familia; era fuerte y musculoso, pero a la vez dรณcil y apacible. Un dรญa el caballo escapรณ del establo y, sabiendo lo importante que era para la familia, los vecinos se acercaron a consolar al granjero mientras murmuraban: โ€œquรฉ mala suerteโ€. A lo que el granjero respondiรณ: โ€œmala suerte, buena suerte, quien sabeโ€ฆ hay que agradecerlo todoโ€. ย Al dรญa siguiente, el caballo regresรณ acompaรฑado de tres magnรญficas yeguas salvajes, quiรฉnes lo siguieron apaciblemente hasta el establo. Al enterarse, los vecinos se acercaron para ver con sus propios ojos el milagro mientras exclamaban con alegrรญa: โ€œยกquรฉ buena suerte!โ€. El granjero respondiรณ: โ€œbuena suerte, mala suerte, quien sabeโ€ฆ hay que agradecerlo todoโ€. Unos dรญas despuรฉs el hijo del granjero montaba una de las potrancas para prepararla para el trabajo de campo, cuando รฉsta coceรณ arrojรกndolo con fuerza hacia el suelo. El joven se fracturรณ una pierna y no podrรญa ayudar a la familia en las labores del campo por una temporada. Los vecinos fueron a visitar al aquejado y al acercarse al granjero para ofrecer sus condolencias susurraban: โ€œquรฉ mala suerteโ€.ย Nuevamente el granjero respondiรณ: โ€œmala suerte, buena suerte, quien sabeโ€ฆ hay que agradecerlo todoโ€. Unas semanas mรกs tarde ocurrieron una serie de invasiones en el reino por lo que el ejรฉrcito se empezรณ a movilizar de pueblo en pueblo para reclutar a los hombres jรณvenes. Al tener la pierna fracturada, el hijo del granjero fue dispensado y se le permitiรณ quedarse en casa. Los vecinos exclamaban maravillados: โ€œยกquรฉ buena suerte!โ€. El granjero repitiรณ: โ€œbuena suerte, mala suerteโ€ฆ hay que agradecerlo todoโ€.

La historia sigue narrando los sucesos fragmentados de la vida del granjero, pero su respuesta ante cada uno siempre era la misma. Sabรญa que no debรญa dejarse llevar por el resultado de los fragmentos ya que, independientemente del producto de cada uno de esos sucesos, el resultado total al final de su vida serรญa el mismo y lo รบnico que cambiarรญa serรญa la forma de afrontarlos. La actitud escogida no cambiarรญa el suceso en absolutamente nada: podrรญa encarar los sucesos con rencor y enojo o podรญa hacerlo con paciencia y aceptaciรณn. La รบnica diferencia es la forma en la que se vive cada una de esas experiencias.

Lo mismo nos pasa a nosotros, la vida sigue su marcha y a, lo largo de la misma, nos encontramos con diversos sucesos que nos hacen felices o tal vez nos provocan cierto dolor o angustia. Pero lo que debemos hacer es reconocer que ese suceso es รบnicamente parte de la totalidad, observar la emociรณn que provoca en nosotros y crear mayor consciencia sobre el camino que nos tocรณ recorrer. Solo entonces podremos cambiar nuestra perspectiva de vรญctimas por la de hรฉroes de nuestra propia historia.


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